viernes, 5 de noviembre de 2010

Cada día pienso más y más en las ganas que tengo de decirte TE QUIERO. No me atrevo, siempre me echo atrás en el último momento y esas palabras nunca salen de mí. Pienso que las indirectas son la forma más directa de decírtelo sin ahogarme en mi propia vergüenza. Pero, ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago? Si captas mis indirectas, tendré miedo a tu rechazo... Y si no, creerás que hay otro en mi vida. Y no, no hay otro. Sólo hay hueco para ti, pero no lo sabes. Te quiero, te quiero, te quiero... Y sigo siendo incapaz de decírtelo. Y aquí estoy yo... Tratándote como a un simple amigo, cuando en realidad me muero por besarte y no dejarte escapar, dormir abrazada a ti y verte al despertar... Ese es mi sueño. Necesito que des un pequeño paso y me hagas feliz. Dime que me quieres. Y si no es así, viviré amándote en secreto durante el resto de mis días.

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